Capítulo 23 Sin Censura

—Hablamos en unos minutos —le digo con un casto beso, y él se dirige a su oficina y yo a la mía. Tengo mucho trabajo.
Me paso la media mañana entre informes y demás (y eso que anoche avance bastante),  pero estos proyectos en el caribe y Sudamérica son cada vez más y más, también estoy ayudando a Liam con eso, aparte de lo de esta empresa.
El precio de ser su mujer. 
No me quejo, por lo menos me tiene en cuenta para sus cosas.

—Amor, confirma nuestra presencia en la cena de gala de J&M modeles, nos han invitado como anfitriones —me dice por el intercomunicador.
— ¡Oh, por Dios!, ¿En serio? —digo perpleja.
—Claro, quieren ganar fama conmigo —dice muy orgulloso.
—Disculpe, Señor egocéntrico —digo entre risas.
— ¿Almorzamos juntos? —Cuestiona Liam
—He quedado con Chaire en la tarde para ir de compras y almorzar por ahí mismo.
— ¿Y a quien le han pedido permiso ustedes dos? —dice con fingida seriedad, y yo sonrió por su forma.
— ¿Quiere que vaya y le pida permiso, Jefe? —le digo seductoramente, yo puedo durar un año sin relaciones sexuales, pero me considero una loca apasionada.
—Me parece bien, que vengas.
Cuelgo sin decirle más y me arreglo el vestido, salgo para su oficina, entro después de un adelante. (Para hacer el papel de jefe-secretaria)
— ¿Diga jefe, en que le puedo ayudar? —le pregunto acercándome a él rodeando el escritorio. Él abre las piernas y yo quedo parada en medio de ellas
—Existen muchas formas, de que me ayudes —me dice agarrándome por la cintura y depositando un beso en mi pecho que queda a la altura de su rostro.
—Usted dice y yo lo hago, jefe —susurro en su oído y sé que está mirando mis pechos.

    (SIN CENSURA)

No dice nada y sube mi vestido hasta mi cintura, se pone en cuclillas  y tira de mis bragas, yo estoy que respiro entrecortadamente y más cuando siento su lengua en mi centro, me abro para darle más acceso y él me sube al escritorio, se quita la correa y baja su pantalón junto a su bóxer, dejando a la vista su gigante miembro, sube a mi rostro y me besa. Luego de unos minutos, me dice.
— Primera... vez... que hago esto, en la oficina.
—Entra ya —le exijo no aguanto más, en sonríe al igual que yo y entra en mí, haciendo unos excelentes movimientos. Y en cada embestida se siente mejor.
Cuando termina no sale de mi sino que se sienta en el sillón, conmigo a horcajadas y nos besamos.
Tocan la puerta y yo rápidamente, me quito de él,  bajo el vestido y trató de arreglarme, ayudo a Liam a arreglarse, y después de 3 minutos, él dice adelante y entra Erich.
—Ufff, gracias que toqué, porque si no —se moja.
— ¿Qué quieres? —dice Liam serio,  Erich y yo nos reímos, contagiando a Liam.
—Vale, ¿Esta dado el permiso? —pregunto.
—Claro  —dice dándome  un casto beso y salgo sin más.
Llego de nuevo  a mi oficina.
Oh Dios mío, que vergüenza, ¿Que habrá pensado, Erich?
Lo normal, tonta, que estabas haciendo gozar a tu esposo, ¡Oh Dios mío! Exactamente eso es lo que me da vergüenza.
Sigo trabajando, para dejar todo en orden, ya que faltaré la tarde entera.
—Chaire —entro sin tocar a Recursos Humanos y recuerdo mi primer día aquí, ha pasado tanto después de eso.
— ¿Si? —pone su atención en mí.
—Anda hija, que nos vamos —le aclaro.
—Claro, deja ir al baño, estas chicas me tiene  que el baño es mi segu... Primera casa —dice y yo sonrió, mientras ella se entra en el baño y la espero.
—Andando —digo una vez ella fuera de.
Salimos y ella tiene su panzona, tiene cinco meses y se ve gigante (obvio son dos en vez de uno)
Nos subimos al coche de ella, pues deje él mío, porque me vine con Liam.
Llegamos al centro y bajamos del coche.
— ¡Dios mío! —Exclamo —Esto está perfecto, nos llevamos estos —digo tomando dos vestidos color rosa hermosos.
—Laysha, ya es much...
—Nada de que es mucho o poco —digo, ella aún no ha salido a comprar con Erich, pero yo prometí comprarlo y así lo haré. Ya he sacado un cuna, el coche doble, juguetes y hasta el canguro. Sin contra la ropa.
Me dirijo a caja y la chica de la caja, me observa entre intrigada y dudosa, tal vez cree no pueda comprar todo eso, iba a sacar la tarjeta de Liam —no se la he devuelto— pero saque y le di la mía, no soy así, de presumir, pero me gustó su cara de asombro, pagamos y le dije a Mike y Steve, que llevaran todo a casa de Chaire, que no pasaba nada, solo serían unos minutos sola mientras yo almorzaba porque moría de hambre, al final solo fue Mike y Steve se quedó. No se despegan por nada.
— ¿Que tal la situación con Erich? —pregunto curiosa.
—Pues... ha ido mejorando, en lo que a las niñas concierne, y no me trata mal, pero no-no como yo deseo, y-yo l-lo amo —dijo lo último entre lágrimas.
—No llores, eso le hace daño a las bebés, tranquila, tengo fe, de que todo va a estar bien —le animo
—Gracias, Laysha —sorbe por la nariz —Y a la secretaria, ya la bajaré y subiré a Melissa. ¿Bien ahí? —cambia radicalmente el tema, y lo agradezco, esto del amor y consolar a personas en realidad nunca ha sido lo mío.
—Cualquiera es mejor que ella —resoplo
—Celooos —dice y yo ruedo los ojos ante su conclusión —Bella, Liam solo tiene ojos para ti, créeme lo que te digo, le conozco, solo se está haciendo el fuerte o más bien el idiota.
—Estoy de acuerdo con lo último, pero allá él —aclaro.
Liam, no sé,  qué pueda tener en ese duro corazón. No sé,  si es así, por qué haya sufrido o por qué es así de fábrica. Al cabo de unos minutos de platica, Mike llega y nos disponemos a irnos, con la promesa, que ella me ayudará a elegir vestido, para la cena de J&M Models, donde Natalia trabaja pero quiero que sea una sorpresa mi vestido, para ella.
De regreso a la empresa, subí a lugar de trabajo.

—Por Dios, ¿Qué haces? —me sostuve el pecho, al entrar a mi oficina iba abrir la puerta y la abrió Liam.
—Tan, feo soy —dijo divertido.
—Mas, que feo —me burle —Además, ¿qué haces en mi oficina?
—Disculpe, pero los 33 pisos en general son míos, aquí nada es de nadie —dijo con fingida seriedad.
—Te puedo asegurar que hay algo mío —dije divertida.
— ¿Se puede saber qué? —preguntó, me acerque a él,  lo abrace y agarre sus pompis.
—Esto es mío —digo, él dio un salto al sentir mi agarre y me carcajee.
— ¿Sabias, que es malo, tocar la nalga de tu jefe? —Me cuestiona
—Me da igual, si ese jefe, me ha agarrado más que las nalgas —digo mientras me siento en mi escritorio.
—Y créeme que, a él jefe no se arrepiente de ello, ¿Qué tal si cenamos afuera? Es una primera cita con mi esposa —dice y la emoción que siento no se puede medir pero tengo que disimular.
—Me parece muy bien jefe —digo tranquilamente.
—Pues, vámonos ahora, así nos da tiempo a arreglarnos y darnos una relajante ducha. ¿Juntos? — pregunta con picardía.
—Nada de juntos, ni juntos, además tengo que ir a una cita, no quiero llegar tarde, Ahh y nada de sexo en la primera cita —digo muy seria, peri queriendo morir de la risa por la cara que ha puesto Liam.
— ¿Qué? ¿Pero?
—Pero nada Liam, vamos —digo tomando mis cosas y saliendo de detrás del escritorio con Liam detrás de mí.
¿Emocionada? Quisiera gritar, pero debo mantener la cordura.
Tengo que llamar a Nat y decirle, esto, esto, estoooo, Ahhhh.
Laysha tranquila, es una simple cita.
Bueno viniendo de Liam, sé que esto es mucho para él.
Llegamos a casa, cada quien se bañó aparte, sé que él no dejaría que él baño se vaya sin acción.
No me duche sin antes llamar a Nat.
Llamada telefónica
• — ¿Hola?
• —Aahhhhhhhhhh —grité.
• — ¡Dios mío,  Laysha, estás loca! —exclamó.
• — ¿Pues loca, loca? ... Sí —le confirmo
• — ¿Se puede saber qué pasó? para que estés así —cuestiona mi amiga
• —Liam, me invito a una cita oficial —grité
• —Ahhhh—ahora quien grita es ella — ¿Estas de broma?, Él señor no repito mujer, pidiendo cita esto es digno de publicar.
• —Sí, lo sé, no sé, que vestirme.
Después de charlar con Nat y decirme que podía o no ponerme aquí estoy.

Me vestí un vestido verde papel, corto pero holgado, con el pelo suelto, ligero maquillaje y unas zapatillas negras de plataforma.
Liam, opto por un traje de tres pieza negro —Como siempre —y su camisa es gris, se ve para comérselo.
—Señorita—dice poniendo su mano en jarra para sostenerme de él y así lo hago.
—Joven—digo ya en su agarre.
—Debo decirle, que no se mucho de citas, pero usted me guía, ¿sí? —dice apenado
—Claro, como usted diga.
Salimos de la mansión, y en uno de sus tantos coches, no se la marca, nos subimos.
Alrededor de 15 minutos de camino y ya estábamos en, ¡Oh por Dios!
— ¿Te gusta? —susurra a en mi oído, cuando ya estamos fuera del coche y el valet parking se va en este.
— ¡Me encanta! —digo con sincera emoción. Y nos adentramos al lugar, es todo lujo y más si viene de Liam, las mirada fueron en seguidas,  entramos, la prensa está detrás de nosotros, como lama, y hemos podido evadirla, aunque sé que para la cena de donde trabaja Natalia no nos podremos librar.
Nos sentamos retirado y recordé la vez que Liam me pidió ser su esposa de mentira.
— ¿Que tanto piensas, pequeña?
¡Stop!, uso nombre conmigo, aparte del típico "Amor" me dijo pequeña.
—En muchas cosas en verdad, y no soy pequeña—le corrijo.
—Claro, que eres una pequeña, lo demuestra con tus películas de Barbie y tu pijama de los Minions — ¡Oh por Dios! Verdad, Soy una pequeña adorable.
—Bueno, no es por qué soy pequeña, que uso esas pijamas  y veo esos tipos de películas —le digo
— ¿Ah no? ¿Y por qué? —me cuestiona
—Bueno, porque es cómodo dormir con ella y mis películas de Barbie...bueno me gustan, no significa nada —le explico
—Bueno, pero creo que te diré así. ¿Algún problema?
—No —digo, claro que no, me encanta que me digas así —Aunque soy bastante alta, para que me digas pequeña.
—No te digo pequeña por tu altura, sino por tus gestos.
Pase la mejor cita, entre risas y platica. Comimos Pastas a la boloñesa, me encanta la pasta, mientras Liam se quejaba que iba a engordar, o sea eso es a la mujer que le toca, mientras que en mi caso, repetí dos veces.
—Con razón Eli, tiene que comprar tanta comida.
— ¿Qué? —le digo aparentando ofendida.
—Pues que no me imagino, tu embarazada, te Comerías al esposo.
—Posiblemente, y de muchas formas —le digo
Al cabo de unos minutos más, salimos pero no fue para casa.
— ¿A dónde me llevas? —pregunte muy intrigada.
—Tranquila, es una sorpresa.
Solo observaba el camino y no hablaba, fruncí el ceño al ver que llegábamos al parque High Line.
— ¿En serio, el parque High Line? —cuestiono.
—Sí —exclamo con superioridad.
Aparcó y me abrió mi puerta, caminos unos dos minutos y me dijo.
—Aquí es —mi boca se abrió de asombro, del lugar donde estábamos, y al ser de noche, las estrellas cubrían el lugar. Hacía frío y él se quitó su saco y me lo puso.
—Gracias —dije en susurro.
—Ven —lo seguí.
— ¿Q-que es esto? —Pregunte
— Dos globos con helio, quiero que pidamos cada uno un deseo, lo que quieras en este momento, lo primero que llegue a tu mente, lo diremos cuando se cumpla —asentí —Prometido —dijo dándome la mano.
—A la cuenta de... Va diciendo Mike,  mientras que Liam al igual que yo, tenemos el globo en una mano y con la otra nos agarramos.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Capítulo 21 Sin censura